El menor esfuerzo

Soñé que en el techo de mi antiguo cuarto había un panal de abejas, entraban y salían por la ventana, siempre ocupadas y diligentes. No me asustaban ni me molestaban, sólo recuerdo mirar hacia arriba y observar su incesante actividad. Ya sabes, abejas.

Además de eso, estoy segura que soñé más cosas, pero no me es posible recordarlas, tal vez un poco más tarde, cuando la tarde huela a frío y a lluvia, las ideas se me agolpen en la cabeza. O no.

Ando corta de inspiración pero larga (larga?) de imaginación ... me vienen a la mente imágenes y ficciones que no logro terminar ... será que estoy muy ocupada soñando como para poder detenerme a narrar? También he estado leyendo otros blogs, muy entretenidos, y debo aceptar que eso me inhibe un poco, no puedo evitar compararme y digo "mmmta esta gente sí que sabe escribir" ... y está mal, jajaja lo sé, pero bueno, saldremos adelante.

Finalmente, se sabe que en situaciones como ésta no me queda más que seguir el consejo del amigo Pelus: levantar mis brazos hacia el cielo, voltear la mirada hacia el infinito, y exclamar: CHINGADA MADRE!

No obstante, así sin pensarlo demasiado, soy de la idea de que las cosas cuando deben fluir fluyen, como en la ley del menor esfuerzo que es la del día de hoy (yeeii mi ley) y ahora lo que fluye es esto, amorfo, ininteligible (?) y anacrónico, un poco, pero qué diablos, es lo que hay ...

last night I heedlessly let two cabs go

my sight caught by that look-alike of yours

just a poor, dark copy

but enough to mesmerize my thirsty memory

last life I foolishly let chances go

my will caught by that look-alike of hope:

yearning, such a thief

unconsciously carving concern in my temples

this night I'll be watching odds go

this life I'm just letting you leave

'cause night is so meant to be free

and freedom is life at its most.

Y por cierto, ya vi Babel, historias interesantes, bien contadas, ritmo inmejorable, situaciones extremas, foto y música muy ad hoc, personajes tridimensionales, escenarios vívidos y contrastantes ... pero los nexos y el final, tan endebles ... lástima, porque la formulita de las historias ultra humanas entrelazadas de González Iñárritu había funcionado a la perfección y ese estilo ya es su marca de fábrica ... pero ahora hubo falla, sólo al final, donde todo debió haber cerrado perfectamente. Y bueno, todo no se puede.