Sobre la realidad y su pasmosa creación

No hace frío - el frío es mental-, entonces me imagino que estoy en una playa soleada o por lo menos en un colectivo lleno transitando Diagonal Norte en lo mejor de diciembre, digamos, a una hora pico, a eso de las 6, cuando salen todos los oficinistas del microcentro, y ahi te quiero ver, parada, casi no agárrandome de nada, porque todo transpira, alargando la cabeza para que el poco aire fresco que entra por la ventanilla me dé en la frente, y cuidando que mi espacio vital no invada el de los pobres hombres con camisa y corbata (corbata! con este calor!) que me rodean y miran al vacío con esa clásica cara de resignado agobio que caracteriza a los porteños.

Por eso digo que no hace nada de frío, porque es mental, el volcán cubierto de blanco debe ser una ilusión óptica, y mi nariz roja como de reno alcohólico también debe ser por falta de polvo compacto, y mis dedos que caprichosamente se congelan y dejan de responder, seguro es porque querían escribir sobre otra cosa que no fuera la deflactación de los salarios nominales de acuerdo al índice de precios al consumidor (?), y bueno, se rebelan como pueden.


Viéndolo bien, la discusión sobre qué es real y qué no es más vieja que Matusalem (como Gatusalem el de Cats), y ya entrados en materia (o en copas, como suele suceder cuando uno recuerda cuando fue su última plática sobre a) religión, b) futbol, c) filosofía, d) sexo ó e) todas las anteriores en una misma conversación) dos o más individuos pueden llegar a la estupefaciente conclusión de que nada es real y también todo es real, o sea, un bellísimo enunciado de lógica paradójica del tipo x = x y también x <> x, y estamos todos bien, asi es la filosofía en el oriente mientras que en el occidente nos cerramos con x = x, y por eso estamos como estamos. Pero después, si empezamos a hablar del sujeto y del objeto, percepción, consciencia e introyección, todo se vuelve subjetivo y depende del que observa, y el que observa, percibe, imagina, decreta, concibe y a la larga crea, por jalado que esto pueda sonar. Bueno y ni tan a la larga ... para más información (cientifica) al respecto, ver la película de What the bleep do you know (que por cierto quiero ver por 2da vez). Y bueeenno no hablemos de ontología, porque luego me salen con que el ente es inmanente y que la manga del muerto, y ahí si yo ya no tengo nada que decir ... (?).

Y todo para concluir que para mí, hoy, el frío no existe. Y es que cuando los recursos que hay a la mano se agotan, hay que empezar a rascarle por otra parte, a ver si así al menos se sale del paso ... chale.