Mi planta de chile

(y no es albur).

Bueno. La cosa es que ya vivo sola. Como hice, no sé, pero esto de mudarse es una verdadera chinga que creí haber dejado atrás después de casi 15 años sin hacerlo. Cabe decir que antes de eso en los 10 años anteriores me mudé un aproximado de 10 veces. Pero en esa época yo era tan niña que no podía más que divertirme en el transcurso. De cualquier modo, esta acotación se desvía del punto de mi post. Es más, había un punto acaso? mmchale es que estoy cansada como un cerdo, y después de toda esta semana desconectada siento que se me ataranta el cerebelo al tratar de hilar huna hidea.

El punto es que después del trajín de mandar pintar todo, hacer arreglar el gas, limpiar a fondo, sacar licencia para manejar, cambiar el aceite jua!, poner cortinas, ordenar mis cosas para mudarme, etc etc y no en ese orden, decidí tomarme un respiro y seguir el consejo de mi tío herboristero: hacerme de mis primeras mascotitas. O sea, agarré y me compré 4 plantas: una pata de elefante, una monedita de oro (que está de un color tan verde que da envidia), un clásico helecho y una planta de chile, que se ilustra a continuación:

Y aclaro, ésta sí es la foto real, auténtica y sin metáforas de la plantita en cuestión! y aunque en la imagen no se puede apreciar muy bien el color morado de los chilitos, eso fue lo que me atrajo de ella.

Nada. Eso. Que quería presumir a uno de los primeros seres vivientes que compartirán mi hogar.