Mal de muchos, consuelo de crudos

Digamos que para mucha gente en este planeta, el día del amor y la amistad puede celebrarse de maneras un tanto sui generis … sin cenas románticas, corazones de chocolate, ositos de peluche (de Taiwan! rola de los Autenticos Decadentes cortesía del prof: http://lalosolaris.blogspot.com ;) ...) y en lugar de eso, una concurrida fiesta con mucho baile, juegos, castigos y no poco alcohol, por aquello de que estamos en un país donde es el principal lubricante social (sin albur). Sin entrar demasiado en detalles, podemos destacar puntos como:
- el concurso de baile de parejas, donde cedí mi pareja (un tierno aprendiz llamado Toño) a la hábil Cintia para que le enseñe, y fungí como interventora (mucho mejor que ser juez, que es un papel por demás cruel).
- El intercambio de chocolates, en el que, como siempre sucede en la ley de intercambios, dí dos chocolates medianos, no malos, un s’mores y un kit kat, y a mí el buen Richard me dio un chocolatote Hershey’s tamaño baño.
- Ademas para hacerte merecedor de tu chocolate tenías que hacer show bailando, como para no olvidar que estás en una fiesta de jazz, je; yo hice mi show con un muy sencillo pas de bourré de ballet, algo que me costó mucho aprender porque ese dia habia tenido mi primera clase de ballet en la vida! … me gané mis buenos chiflidos pero ni modo, se aguantan! Ah y para completar tuve que hacer un fouetté, que ni digo como me salió porque con tacones no se me da (y sin ellos tampoco se me da demasiado jajaja).
- Cuando estabamos ya en la parte de castigos, la semana inglesa de Richard y Ale(cita), ella se mandó con dos tremendas cachetadotas, y él le respondió avanzándola con un beso de ataque que la hizo retroceder varios pasos, lo cual mereció una ola por parte de todos nosotros de tanto que nos gustó. Se llevó la noche.
- Otro castigo a otra pareja, Montse y George, a ellos pobres les tocó de todo (por indisciplinados, que aventaron chicharrones a los jueces y alegaban por todo): semana inglesa, nalgadas, mordidas de burro, calzón chino (ouch!) y por último, cambio completo de ropa. Lo mejor fue cuando al comentario de “ah pero a ver, los dos tienen que traer los calzones cambiados”, Montse contesta con un “Lalo no mames!!” cerrando la puerta del baño, que no pudo ser más propio.
- Y después, la peda con Ale que ya estaba más que happy, y los demás que se quedaron mas tarde, y bueno de ahí ya nos pusimos a bailar y bailar mas, hacer piruetas (me salieron 4 seguiditas como la ves) y echar relajo, una amiga que se echó semanas inglesas gratuitas con 2 chavos más (no voy a decir su nombre), luego llegó el ex novio de Elisa, el buen Alberto, en fin cada quien andaba en sus rollos, y después fuimos a buscar la llave del coche y bye.

Lo malo de todo esto es el día siguiente. Bueno a mí ni al día siguiente, llegué tan tarde a mi casa que obviamente me la mentaron, con justa razón, y bueno sobra decir que el 15 de febrero si bien no estuve cruda propiamente, tenía un dolor de cabeza bastante persistente, un asco moderado hacia cualquier alimento, y una resaca moral considerable, por lo de la preocupación a mis papás y etcétera. Ay, parezco una niñita de 15, pero es que viviendo con papás, sea la edad que sea, siempre vas a tener que respetar ciertas reglas de consideración … y uno cuando anda en la pachanga pues se olvida, no por mala onda, sino por puritita inconsciencia.

En la tarde ni ganas tenía de ir a clase, verdad sea dicha, pero ahí viene lo de mal de muchos: yo traía una cara de ojerotas y cansancio que no me la acababa, pero al ver a mis demás compañeros igual o hasta peor, dije “pues qué diablos, no soy la única, ni seré la última …” y poco a poco en la clase me fui olvidando de mi consabida resaca, concentrándome en los tendus de la barra y con la música, eso siempre me alivia.
Mi pobre amiguita, la de las ultimas semanas inglesas consecutivas, se sentía culpable y me dijo que lloró todo el camino a su casa porque se aprovecharon de su peda, y yo creo que sí un poco se aprovecharon, pero leve, y que a las 8 am se despertó y su cama aún daba vueltas; todos los demás estábamos con sueño y con una sensación de “chale apaguen la luz!!”, y bueno, gracias a Dios la vida sigue, nadie salió herido de gravedad, y lo reído y lo bailado nadie nos lo quita.