Alquiler de-mente

El ser humano es el animal con mayor diversidad de opciones para procurarse el sustento. Pero a cada opción corresponde una limitación. O varias.

Hay quienes discuten por ahí si está o no bien el tema de alquilar vientres para gestar bebitos, es un negocio: hay gente que necesita un vientre joven y sano para que crezca su hijo, y hay otra gente que tiene un vientre vacío y dispuesto. Las necesidades se cruzan, surge la antigua ley de la oferta y la demanda, y zaz, ya está.

Ah pero se viene el escándalo, y las vestiduras se desgarran, porque es como, como.. como prostituir el vientre.

Y acaso no hacemos lo mismo cuando, en lugar del vientre, lo que alquilamos es la mente? Y gestamos en nuestras mentes, tal vez ya no tan vírgenes, pero sí vacías y jóvenes, ideas que nunca concebimos, y hasta las damos a luz y luego queremos reclamarlas como propias??

Ideas que nos implantan nuestros abuelos, nuestros padres, nuestra sociedad, nuestros maestros, nuestros amigos y enemigos, nuestros políticos terrenales y también nuestros políticos celestiales, los carceleros morales, a saber: nuestros líderes espirituales, aquellos que tienen conexión directa con “lo altísimo” y trafican con nuestra fe, esa ingenua.. y lo más interesante es que por todo este contrato de alquiler que firmamos cuando empezamos a hacer “uso de razón” no recibimos un solo centavo. Lo hacemos totalmente gratis. Bueno, no. Sí recibimos un modesto pero nada despreciable dividendo: nos sentimos seguros, tranquilos y con la certeza de que estamos yendo por el buen camino. El camino que ya está trazado. Millones de arrendatarios no pueden estar equivocados.

Y vivimos creyendo que parimos miles y miles de ideas, cuando de pronto un día nos damos cuenta de que todas eran ajenas. Oh tristeza. Conscientes ya, deseamos una idea propia, una idea que sea producto de nuestro amor, que sea a nuestra imagen y semejanza.. pero para ese entonces nuestro vientre ya no es fértil. Nos hemos desgastado gestando ideas extrañas, alimentándolas y cuidándolas, para después darnos cuenta de que ya somos demasiado viejos para generar nuestras anheladas ideas propias. Ya no podemos procrear.

Entonces por qué tanto pinche escándalo por alquilar un vientre. ¿Qué acaso no es lo mismo? Ah pero la razón del ser humano es una sorprendente creadora de contradicciones, digo, para qué hacer las cosas sencillas si se pueden hacer complicadas?