Un breve estudio sobre demonología

Oh make me over
I'm all I wanna be
a walking study
in demonology

Hole, Celebrity skin

En la Edad Media se corría la voz de que los súcubos eran demonios con forma de mujer muy atractiva que seducían a los hombres para condenarlos, principalmente cuando éstos estaban dormidos. Su contraparte eran los íncubos, que hacían lo propio con las mujeres. La documentación al respecto no aclara si tenían forma de hombre muy atractivo, como si eso no fuera tan necesario como lo es para los súcubos, quienes realmente necesitaban de artes más carnales para seducir al varón. Tal vez a los íncubos les bastaba con un buen verbo, ya saben, verbo mata carita.

Tal era la mitología y oscurantismo de la época que se creía que cuando nacía un niño con retraso mental o alguna malformidad, muy probablemente era el producto de una relación con uno de estos demonios sexosos. Estos curiosos seres, en realidad, aparecían para justificar la represión sexual de la época, las emisiones nocturnas y en general para librarse de la responsabilidad de cualquier manifestación de la libido: "ah no, yo no fui, es culpa del súcubo ese lujurioso". También servían para explicar el fenómeno de la hipnagogia, que ocurre cuando uno está a punto de dormirse y siente que "se le sube el muerto", o sea se paraliza y siente un peso encima que no lo deja moverse por unos momentos. Este fenómeno hoy en día aún no tiene explicación científica certera, aunque como decía el Doctor Raymond Moody en sus conferencias sobre la muerte, una teoría que se maneja es que se trata de un estado de semiconsciencia inducido por las alteraciones hormonales propias de la pubertad... y por esto es muy común en adolescentes y gente joven. Bah, me deja en las mismas, a mí nunca me ha pasado pero me han platicado...

La cosa es que me parece muy interesante esto de demonizar todo aquello de lo que no queremos hacernos cargo, es hasta pintoresco. Mira que desarrollar una mitología e imaginar seres para deslindarnos de la responsabilidad de algo tan básico como el instinto sexual... es hermoso, no?

Nos creemos muy lejos de la edad media y sus creencias, nos sentimos muy responsables e informados, pero ni madres... yo creo que en muchas cosas seguimos ahí, escondiéndonos de nuestro propio subconsciente, negando, satanizando, deificando, estructurando, castigando y amenazando... creemos en la salvación de las almas, pero eso porque antes nos han hablado de que existe la perdición. Misma que por su grado de prohibido nos sigue atrayendo cual moscos a a la luz.

Por ejemplo, a mí me incomoda hacerme responsable de mi rencor, es algo feo que es capaz de consumirme si no lo dejo ir, y me hace hacer cosas malas, pero finalmente yo siempre le gano. Mi rencor es un demonio chingaquedito que se llama Ufiel, es bien sentido y ante la menor provocación o intento de ofensa saca las garras y se traga su veneno, para después vomitarlo con saña y jamás olvidar. Oh sí, ese es Ufiel, lástima que no es guapo ni mucho menos, a decir verdad es bastante contrahecho y yo no sé que le veo para hacerle caso. Han de ser sus estrategias malignas las que hacen que yo me porte rencorosa y siga sus taimados consejos. Ha de ser eso porque qué fiaca hacerme cargo de mi ego y decir que la rencorosa, si me agarran de malas o me hablan torcido, en realidad, soy yo. Y usted, querido lector, qué me dice de sus demonios? O no me diga que no lo acosan de vez en cuando...